Autor
Fecha de publicación
8-mar-2021
Descripción física
16 p.
Resumen
El efecto de la pandemia y de la recesión mundial sobre la economía turca se vio mitigado, al igual que en otras economías, por el apoyo fiscal, financiero y monetario adoptado por las autoridades del país. De hecho, Turquía fue una de las escasas economías de tamaño relevante en registrar un crecimiento del PIB positivo en el conjunto de 2020. No obstante, este apoyo de las políticas también exacerbó los desequilibrios macroeconómicos preexistentes. Por una parte, el fuerte aumento del crédito es uno de los factores explicativos del crecimiento de la demanda interna. Por otra, se observó un notable debilitamiento de la lira, que condujo a un repunte de la ya de por sí elevada tasa de inflación. No obstante, hacia finales de año el Banco Central de Turquía dio un giro hacia una política monetaria más ortodoxa, que ha ayudado a recuperar, al menos parcialmente, la confianza de los inversores. Por su parte, el sector bancario se ha mantenido saneado, aunque la calidad global de los activos se ha deteriorado, al haberse incrementado su riesgo.
Notas
Artículo de revista
Publicado en
Boletín Económico / Banco de España, 1/2021
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